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Música 1

Hacer las cosas con música.

Cuando la pereza ataca, una no tiene ganas de cocinar o de poner lavadoras o de tender ropa… y  si se encuentra sola, sin nadie que le ayude, no hay nada mejor que ponerse un poco de música en las orejas.

 Entonces entra el ritmo alegre en el cuerpo y todo cambia, una se inspira y se pone en marcha y se siente contenta y le ve el sentido a lo que hace luego encontrará una blusa limpia con olor a detergente  en su ropero y cuando llegue la hora de comer se encontrará aquel guiso que improvisó inspirado en la música pop o  el Soul o el Jazz o la canción española o latina, según los gustos y el momento.

Y hoy escuchando a Kissing My love he hecho unas pechugas de pollo con cebollita y con calabacines como único plato y luego de postre hemos tomado un arroz con leche de ese casero hecho a fuego lento con agua leche, una rama de canela, corteza de limón y ha dado tiempo a que se enfrie en la nevera y nos lo comamos escuchando Kiss FM.


Maribel Fernández Cabañas



Aquí en Menorca

Aquí en Menorca

Conviviendo con esta persona que hace esculturas de barro con figuras de mujer mientras mi hijo y mi marido se bañan en la piscina y yo escribo estas letras. Este amigo me ameniza con su buena conversación: Me habla de las costumbres culturales de la isla, de los paisajes más ajenos al turismo, de los petirrojos a los que echa pan en invierno y observo como se mantiene firme en su propósito de rematar la escultura antes de dejar su apartamento para ir a Andalucía a visitar a su familia.
Y ya todos juntos con la escultura acabada nos vamos a tomar un aperitivo al pueblo.


Maribel Fernández Cabañas



Los maridos

Los maridos

Ayer hablando  con una amiga salió el tema de nuestros maridos, tanto el suyo como el mío tienen estas cosas:
─ ¡Lucia no cojas la bici! que con tanto coche te pueden atropellar.
─ ¡Lucia ten cuidado!, no vayas al centro que te pueden robar el bolso.
A ella le dice su marido:
─Que la niña no ha venido aún y son las 12 de la noche anda llámala al móvil a ver si la han atracado.
─ Y a los 5 minutos él se pone a roncar y a mí me deja con el miedo en el cuerpo. ¡Hombres! No hay que hacerles caso, dice Leticia
Y nos reímos las dos porque parecen cortados por el mismo patrón
─Lucia que este mes hemos pagado más de luz a ver si no te quedas leyendo por las noches y deja de poner la secadora.
─Y para no echar leña al fuego me callo lo que pienso: ¿Y el caprichito de ordenador que tú te has comprado?
Que paciencia tenemos amiga, me dice Leticia y es que ellos lo que hacen es chinchar.
¡¡Son como niños!! Decimos al unísono y nos reímos mientras paseamos por La Rambla.

Maribel Fernández Cabañas