El tiempo.
Nos conocimos desnudos y a plena luz del día. Los dos
teníamos el cuerpo atlético y bien formado: piernas fuertes de mucho deporte,
abdomen liso, ojos vivarachos, movimientos rápidos…
Han pasado los años, nuestras piernas están torpes y el abdomen
flácido. Pero nos perdura algo, que es el querer estar juntos, amarnos con la
misma pasión que cuando nos conocimos.
Ahora medio desnudos y con una tenue luz.
Maribel Fernández Cabañas.