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Función de teatro

Función de teatro.

Era la primera vez que iba sola a un teatro y es que para todo hay una primera vez.
 Llegué con tiempo de sobra para familiarizarme con los que serían mis compañeros entre el público: mujeres de mi edad con algunas patas de gallo y grandes sonrisas, besos y abrazos al juntarse todas en el hall, vestían como yo con pantalón largo y camisa de flores y el pelo también a melena nos parecíamos, eso ya me gustó.

Por otra parte estaban los más mayores, estos iban muy elegantes con sus trajes de chaqueta y daba gusto verlos. Todos también muy sonrientes con sus señoras de collares  y pendientes de perlas majorícas y con blusas de punto inglés; echaba de menos algo de juventud pero claro los jóvenes son más de ocio nocturno.

Al cabo de un rato abrieron las puertas y andando por un pasillo enmoquetado en burdeos encontré mi butaca bien cerca del escenario.
Allí permanecí embobada viendo a los actores con sus gestos, sus voces claras y altas… Disfruté tanto de esa comedia cuyo título era “Los vecinos de arriba” los cuales hacían mucho ruido al hacer el amor y los de abajo se quejaban… ¡Ay que ver como es el teatro! es como la vida, llena de diálogos cotidianos y de humor en las relaciones de pareja.

Antes de que finalizara la obra y después de haber oído reír al solitario, como yo, de la butaca contigua le dije: ─es divertida la obra ¿verdad? ─ Mucho reafirmó él.

Y a la salida me invitó a tomar algo en el “Café de la ópera” donde estuvimos comentando largo y tendido, la obra y me expresó que él una vez al mes iba al teatro: ─ ¡A ver si volvemos a coincidir!


Maribel Fernández Cabañas

En contacto con el campo.

En contacto con el campo

 Caldes  de Montbui me recuerda  a la tierra Extremeña donde nací: el cielo azul, el sol, la tranquilidad  de un pueblo de gente sencilla que cultiva la tierra, actividad ancestral algo relegada a unos pocos por motivos de que ya hace tiempo que se pasó del sector primario( agricultura y ganadería ) al sector terciario ( turismo y servicios) económicamente hablando.

Huertos con higueras y cañaverales a la orilla de los riachuelos cuya agua está canalizada en pequeñas albercas y acequias que al abrir sus diminutas compuertas dejaran salir al agua para regar los surcos de la tierra labrada.

Patatas y berenjenas en invierno, fresas, lechugas y coles en verano. Me contaba Juan, uno de los hortelanos que estos huertecitos son llevados por gente jubilada que tiene su retiro y con el cultivo de las hortalizas se  entretienen. La gente joven antes si cultivaba pero que ahora están la mayoría en la hostelería seguía explicándome y  daba gusto oírlo hablar, con su voz ruda de persona auténtica que lleva toda su vida con esa labor de sembrar, regar, abonar, recojo hasta tres cosechas al año me decía y ajeno a todos los males sociales de la política mal ejercida. Un reducto a salvo de influencias electorales gracias a la naturaleza.

 Yo con ganas de hacerme hortelana, al escuchar el ruido cantarín del agua correr por las acequias, o el revolotear de las golondrinas entre las fresas ya maduras; golondrinas que anidan no muy lejos de los huertos de este valle, anidan en lo alto de la iglesia, estos bonitos pájaros de los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer.

Y el olor a higuera y el tacto áspero de sus hojas así como lo aromático y fresquito de sus frutos, sabores olores y texturas de mi infancia, aquí a mil kilómetros de distancia.

Maribel Fernández Cabañas






Sucesos trágicos

Sucesos trágicos

Juanito se había despertado hoy lunes con mucha pereza y tenía que ir a un examen, se fue de casa corriendo para no perder el bus y llegar al instituto con su mochila y su bocadillo era un lunes como otro cualquiera hasta que un mensaje en las redes sociales a través de su móvil le rompió el día:” un alumno ha matado a un profesor con una ballesta en Barcelona”.

─Aquí al lado (pensó Juanito) ─ Hay que ver lo que hace la gente (seguía pensando Juanito sin entender). Se contuvo la rabia ante la injusticia realizada dos calles más allá del instituto en el que él estaba).─ Un niño de mi edad que mata (pensaba para sí) ─ Pero si yo lo que hago es cantar y escribir en mi diario─ No comprendo nada ¡en que mundo estamos! ¿Para qué estudio yo si un día de estos me pueden quitar la vida?─ Estoy seguro en este instituto, mis compañeros no hacen esas cosas ni siquiera las piensan. ─ ¡No quiero ni imaginar nada! Se decía a si mismo Juanito.

  Estos eran los pensamientos de Juanito mientras hacia su examen sobre “Historia del Nazismo”─ Ostras que no es la historia del nazismo sólo, sino que se cometen asesinatos hoy en día en mi ciudad, que yo creí que era tan bonita y tan tranquila.

 Juanito necesitaba expresar sus pensamientos y sus sentimientos que lo desbordaban. Entonces no dudó en escribirle una carta al tutor en vez de contestar las preguntas sobre historia del nazismo:
 Querido profesor esta tragedia que ha pasado en el instituto vecino no me deja indiferente usted me puede aclarar porque un chico de mi edad comete estos actos yo no le encuentro ninguna explicación, ni loco ni nada, ni menor ni adulto. No se le puede arrebatar la vida a un profesor y a varios alumnos debemos usar nuestras palabras aunque sean palabras odiosas. No sé si será cuestión de ira o de qué, pero  el homicida había hecho una lista con todos los compañeros a los que se quería cargar.
 ¡Profesor deme, por favor, la hora libre que me vaya a mi casa a llorar!

Juanito firmó el examen salió al patio y pudo hablar con sus compañeros y todos estaban como él desconcertados y deseando que tocara el timbre que anunciara la salida del colegio para irse a sus casas, al parecer más seguras que una institución.


Maribel Fernández Cabañas


Mercadillo Vintage

Mercadillo Vintage.

Era un día frío de invierno de estos días entremedio de otros de bonanza y era el primer fin de semana de mes y cuando Lucía se levantó a pasear a su Nina no se encontró ni siquiera con los vecinos tempraneros que bajan a por el pan para el desayuno de su familia. Entonces pensó: ¡Esta es la mía!, hoy seguro que no habrá colas para entrar en el mercadillo de moda que han puesto en el patio de la antigua fábrica restaurada por el diseñador Mariscal.

 Bien abrigada con gorro, guantes y bufanda allí se presentó y estaba cerrado abrian a las 11h entonces se dio media vuelta y a las 10:30 estaba ella en la puerta del patio de una de las antiguas fábricas que aún quedan en su barrio porque un Mecenas o bien el ayuntamiento las ha restaurado.

 Hizo sólo media hora de cola (de las dos horas habituales que se suelen hacer) para entrar y allí en el patio de la fábrica donde colgaban las buganvillas y había árboles propios de un hermoso jardín…

 Estaban los tenderetes de diseño: bollitos de pan artesanos con harina integral y galletitas con forma de animalitos o de caritas de muñecas, camisetas estampadas con las letras de Barcelona en forma de mosaicos tipo Gaudí, y furgonetas de diseño convertidas en bares donde el olor a carne a la brasa se filtraba por los rincones y entraba en mis fosas nasales.

Una mañana diferente para ver algo pintoresco y aquí os muestro unas fotos.

Maribel Fernández Cabañas