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A LA HORA DE DORMIR

 

Cuando vivía en casa de mis abuelos con mis padres y hermanos don José Calero nos hacía fotos.

 Él era un maestro del pueblo que se alojaba en casa de dos hermanas de mi abuelo. Mujeres solteronas que se ganaban la comida zurciendo ropa y haciendo remiendos a pantalones o abrigos.

 El maestro nos hacía muchas fotos a mis primas y a mis hermanos y a mí algunas las tengo de recuerdo.

Pero lo que más me asustaba a la hora de dormir eran las historias que nos contaba mi abuela sobre el cielo y el infierno. Yo luego tenía pesadillas, me despertaba viendo como un arcoíris de colores del que salían animales misteriosos, pero me tomaba una aspirina infantil, de las que tenía mi madre de color rosa y con sabor a chicle de fresa y me volvía a dormir.

Luego mis padres se mudaron de casa y allí a la hora de dormir mis padres sólo nos decían que rezáramos el Jesusito de mi vida eres niño como yo por eso te quiero tanto y te doy mi corazón y con esta oración no tenía pesadillas.

DEL TALLER


El taller de cerámica me da vida, salgo de casa andando y hablo con los compañeros, todos muy sonrientes se les ve muy felices. Sara es la mejor alumna y casi no habla lleva un piercing en la nariz y cada uno tiene un espacio para guardar las piezas y nadie me las rompe como cuando yo tenía dieciséis años y hacia extraescolares de cerámica y me rompieron una figura de mujer que hice.

Éramos tres alumnos y ahora solo estamos Sara y yo y el profe sustituto que está como un tren y es joven. Sabe mucho y nos reímos de anécdotas que nos pasan.

 Hoy me ha enseñado a hacer una maceta pequeña con un molde y luego yo la he decorado con un punzón.

Y me quedo esperando con ganas de que llegue el próximo día.

Maribel

LOS BOLSILLOS

 

Que alegría me daba ponerme el abrigo después de meses sin descolgarlo del ropero, cuando era niña me encontraba alguna moneda o un paquete de pipas de girasol.

Ahora desde la distancia y con los años me vuelve a pasar, hoy he sacado el abrigo de primavera y tenía una bolsa de pañuelos de papel y un billete de cinco euros.

Maribel