Nuestra mascota mordía los árboles de la parcela donde teníamos la
caravana. Ella quería dormir con nosotros y lo que hicimos fue ponerle la
estufa en el avancé y todo solucionado, pero a mí me tenía preocupada porque
ella lloraba y yo la oía y me daba pena.
En el piso y con tres meses (recién adoptada) un día que la dejamos sola
mordió los cojines, los peluches y hasta los mandos de la tele.
La veterinaria nos dio un medicamento para mejorar la conducta junto con
un folleto de órdenes, la teníamos que instruir antes de comer y
antes de salir a la calle.
Como su conducta no cambiaba nos recomendó a una veterinaria
-entrenadora de perros.
Y en diez días y con un medicamento nuevo se volvió más
tranquila y respondía a las órdenes que le dábamos. Creció bien cuidada y la
pudimos disfrutar durante muchos años, lamentablemente llegó el día en que enfermó y la tuvimos que ayudar a llegar al cielo.