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El periódico.


 El periódico.

Esperando a que llegue mi marido del turno de noche, que ya lleva una hora de retraso. Lo espero para desayunar con el, darle los buenos días y hacer planes para la tarde. Mientras lo espero paseo a la perra y después me meto en la ducha, que me reconforta el sentirme aseada.
Segunda espera: esperar a que se levante mi hijo, que ha quedado en ir a comer a casa de su abuela paterna. Mientras espero, para conversar con él, y que me cuente porque duerme hasta tan tarde, me voy a comprar el periódico y me entero de que ha subido el número de parados y de que una psicóloga famosa, recomienda que desconectemos del trabajo en vacaciones.¿Los parados desconectar?,¿ y quién les busca como mantenerse?, ¿Las amas de casa desconectar?, ¿y quien va a cocinar, limpiar, planchar y poner lavadoras por nosotras? .Estos periódicos dicen cada cosa…y mi marido, mi hijo y la perra, hoy no me dicen nada.

Maribel Fernández Cabañas.

La óptica.



La óptica.

Entro en la óptica observo que hay mucha gente al fondo de la estancia, entre ellos  conozco las caras de algunos de los empleados, todos bien sentados en los cómodos asientos enfrente de un expositor de gafas y pienso:_ Por favor que le pongan pronto el tornillo a mis gafas que no estoy por pasarme una hora aquí, como otras veces cuando he venido a comprar.
 En el mostrador de la entrada hay dos dependientes atendiendo a los últimos que hemos llegado, me toca el turno y una chiquita joven bien maquillada se asusta al ver que a mis gafas le falta una patilla , con clama y seguridad le digo que el tornillo está en la funda , coge mis gafas y les pone sobrepuesta la patilla.
_¡Uh!, exclama, pues baje usted al taller por esas escaleras .Diciéndole a alguien por el teléfono: que una señora baja al taller.
_De acuerdo , gracias. Le contesto  y bajo con desenvoltura.
_¡Ah!, que maravilla no hay cola en el taller,  ; pienso,  y me miro en un espejo que a pesar de tener lupa no me veo muy descuidado el cutis.
_¡Hola buenos dias!, se presenta el mecánico con un delantal negro, gafas y una sonrisa relucientes.
_Aquí traigo estas gafas para arreglar , le enseño, y no necesitó mas explicaciones.
_Tome asiento, por favor, me dice y se lleva las gafas a una habitación con una puerta pequeña.
Me quedo sentada mirando gafas graduadas de todos los colores y tamaños, lilas, rosas, grandes medianas, pequeñas y hasta puedo leer la marca en letras grandes.
Y en un plis plas sale el señor con mis gafas muy limpias , compuestas y bien ajustadas.
_¿Cuánto es ¿ le pregunto.
_No no es nada, contesta el.
_Gracias y que tenga un buen día, me despido de el alegremente y pensando:¡ bravo ya tengo mis gafas de lejos como nuevas y podré ver las caras de la gente en el metro!.


Maribel Fernández Cabañas.

La Camarera.




La camarera de la barra.

La Camarera del bar de mi barrio, donde hacen unos minibocatas de jamón serrano que están para chuparse los dedos y que los tienen recién hechos porque voy la hora en la que el barrio empieza a despertarse. Muchos vamos a desayunar allí, e incluso a esa hora ya tienen la tortilla de patatas hecha y no faltan los croissants, para quieres son de menos comer o que llevan mas prisa.
A esas horas la camera con sus cuarenta años,de pelo corto teñido en castaño con reflejos caoba,  las cejas negras, la boca cerrada y sólo la abre para decir:
_ ¡Cocina un pincho de tortilla con pan con tomate!
_ ¡El cambio para la mesa tres!...
_ Un café solo guapa , le dice un cliente esta mañana
Ella ni se inmuta mete diez euros en la caja y le pone  un plato con el cambio y el tíquet al camarero que, con su bandeja de aluminio sirve las mesas.
_¡El cambio para la mesa cinco!. Vuelve a decir ella.
Yo, mientras observo, ojeo el periódico pero no miro la tele, aunque está encendida porque estoy atenta a la camarera de la barra.
_ ¡Que día mas bueno hace hoy!, afirma el cliente que está tomándose el café solo, en la barra. Ella ni lo mira, le da la espalda en un giro rápido y prepara dos cortados.
_¡Guapa ponme un vaso de agua!, ahora tengo que ir  al taller que ya llego tarde le cuenta él…
La Camarera le pone el vaso de agua y sigue con lo suyo, inmutable; el único gesto que hace con su cara es levantar y bajar las cejas.



Maribel Fernández Cabañas.




"Amanecer 2"


Amanecer 2

Que fuerza tiene el sol al amanecer, en los meses de verano. Me inunda su energía y su poder, que llega a cegar mi vista y a despertar mis sentidos. Me dice que nos espera un día de sudar allí donde estemos.
 Aunque algunos estarán en la playa o piscina con protectores solares. Me dice que va a haber luz para rato que tardará en ponerse.Que la siesta tendrá que ser larga, en casa o tumbados a la sombra de un árbol o en la playa bajo una sombrilla, aquellos que puedan.
¡Que estos rayos de sol no nos quemen sino que nos animen a seguir luchando, que nos den tanta fuerza como tienen ellos!.

Maribel Fernández Cabañas

"Amanecer 1"




Amanecer.

El cielo nublado , unos rayos de sol se dejan entrever entre las nubes. El mar en calma, una vecina con su ropa de deporte de marca y su maquinita en el brazo para medir el ritmo cardiaco, bien equipada. Haciendo footing y me sonríe alegremente dándome los buenos días, en un sábado nublado.
Tengo que dar media vuelta porque el constipado me pide pañuelos que no llevo. En casa sólo me espera la perra para que la pasee.
Me he comparado con esta vecina y me he visto más gorda y peor vestida y una nube ha oscurecido mi despertar.

Maribel Fernández Cabañas.

Ensimismada

Ensimismada.

Me quedo ensimismada mirando el horizonte, son las siete de la mañana, aún no han llegado los bañistas, las hamacas están vacías.
No pienso en nada, sólo necesito los primeros rayos de sol, antes de que nada me enturbie el día.Ni si quiera yo misma con mis pensamientos.


 Maribel Fernández Cabañas

Humo.


Humo


 Yo la débil, la que la requería de ella, si mi amiga íntima Aureola, con su carácter emprendedor que se había sacado la carrera de medicina a pulso, mientras yo, viviendo bajo el mismo techo, me desmoralizaba al primer suspenso.
Ella que cuando salíamos los fines de semana, siempre conversaba animadamente con todos los del grupo.
Ella ha acabado sus días en una casa gris, inundada por el humo, se ha despedido así sentada con su bata oscura, por el luto de su madre ,entre un calor sombrío, de una estupida y oscura noche de invierno,  en un pueblo escondido de la sierra de Huelva donde ejercía de médico de cabecera.
 Si la grisácea enagua de la mesa camilla  se incendió, y el humo se fue extendiendo..... No se puede respirar este humo, es deprimente ,enengrecido.... He perdido a Aureola:el humo se ha llevado su humor y ahora estoy mas huérfana que antes.



Maribel Fernández Cabañas



Llueve.




Llueve.

Da gusto salir a la calle a pasear a la perra y que caigan cuatro gotitas y tener que volver enseguida porque empieza a llover fuerte. Sentarme a escribir y verlo a través de mi ventana que me entra el aire fresco con aspecto primaveral  y no el asfixiante de días atrás.
Pero ya sabemos que nunca llueve a gusto de todos.



Maribel.