Poder hacer un alto.
Era un viaje planeado: paseo por las estrechas y solitarias
calles de un pueblo costero lleno de arquitectura, tiendecitas, museos,
palacios y un mirador en lo alto del pueblo, desde donde se podría contemplar
el mar en calma y los barquitos de pescadores.
Pero al llegar, una multitud de gente se agolpaba en las
calles: niños vestidos con su pañuelo al cuello y sus chirucas al estilo de los
Bois Escouts, ¿Será una excursión que se dirige al Palacio de Mar y Cielo que
hay en el mirador?
. Siguieron andando bajo un sol picante de tormenta de final
de verano, Lucía contemplaba las pastelerías que era lo único que había abierto
y se preguntaba ¿Pero si es 23 de septiembre y martes? ¿Qué raro que estén las
tiendas cerradas con lo que le gustan a mi compañera?
Pasaron por una calle más ancha y llena de terracitas de
cafeterías, donde la gente desayunaba sus ensaimadas y y café con leche y todos
estaban como sin prisa y no eran turistas.
Cogieron una bocacalle y se dirigieron al palacio con
el mirador y la iglesia y gente joven
que iba vestida de blanco y con alpargatas
y tobilleras con cascabeles.¡Ah! exclamó Lucia a su acompañante. Esto va a ser
que van a bailar el baile típico catalán de los cascabeles: los siguieron y se
vieron entre abuelas que salían de misa,” La colla del Águila” con pantalones
de esparto para ir debajo de unas bestias de cartón duro que simulaban dragones,
cerdos águilas y que llevaban en su boca grandes petardos para ir acompañando
con fuego y tambores a los danzarines…
En un momento el
mirador se llenó de humo, sonido
acompasado de tambores y color de fuego.
Fue entonces cuando Lucia metida entre tanto bullicio le
dijo a su acompañante: Me voy a la playa y bajó las escaleras empinadas y llegó
a la estatua de Santiago Rusiñol donde encontró su libertad en un Poema a la Amistad
del escritor Casas y es que no hay nada como compaginar momentos de alboroto
con buena compañía y el poder hacer un alto para meterse en el espíritu de la
poesía que colma el alma.
Y ya de paso, leer un cartel, en uno de los bares, que decía: Del
19 al 23 de septiembre “Fiesta mayor de Sitges”.
Maribel Fernández Cabañas
Traducción del poema a la amistad de Casas:
“Pues bien amigos míos (…)
Vi una tierra donde hacía más sol que en otros sitios,
Donde el cielo era más azul, el mar más azulada también,
(…)Venía a buscar paisajes y me aportaba apegos.
Venía a ver el mar y un mar he encontrado de gente honrada,
Alegres de labios y serios en su interior.
Venía como las mariposas a la luz y he caído en el fuego de
la amistad”