No
querer salir a la calle ni quitarme el
pijama.
Pero mi perrita me dice, a su manera, que la
saque. No me queda más remedio que complacerla.
No es un capricho, tiene motivos, quiere ir a
su váter como cualquiera.
Oh que despertar más bueno en las escaleras de
mi bloque: Mi vecino Rodrigo que va dejando su rastro a recién duchado y a
colonia fresca.
El
olfato se me ha despertado: Paseo por el pipican sombrío y frio de invierno.
Rápida a casa me ducho, me perfumo y corro al sol de la playa.
Antes de que sea una marabunta de gente sobre
patinetes y gente alborotadora con sus aparatos de música y el griterío de los
chiquillos.
Alegría,
libertad, sol, mucho sol, agua marina salada, barquitos de vela del club naútico,
azul, celeste, y espacio abierto.
Atrás los bloques de piso, atrás, el ruido de
los coches.
Y me viene a la cabeza esta canción
LIBRE TE QUIERO
(Amancio
Prada)
Libre
te quiero
como
arroyo que brinca
de
peña en peña,
pero
no mío.
Grande
te quiero
como
monte preñado
de
primavera,
pero
no mío.
Bueno
te quiero
como
pan que no sabe
su
masa buena,
pero
no mío.
Alto
te quiero
como
chopo que al cielo
se
despereza,
se
despereza,
pero
no mío.
Blanco
te quiero
como
flor de azahares
sobre
la tierra,
pero
no mío.
Pero
no mío
ni
de Dios ni de nadie
ni
tuya siquiera.
No,
no, no, no, no,
no
mío.
No,
no, no, no, no,
no,
no, no, no,
ni
tuyo.
No,
no, no, no, no,
no,
no, no, no, no,
no
mío.