Alicia, mujer solitaria y estricta en sus
rutinas, esperaba a su prima Elena y familia para merendar el Roscón de reyes
Los invitaba una vez año, para darle un regalo a los niños.
Estaba impacientándose mucho por tanta espera.
Era de noche y no llegaban. Dudaba entre
irse a la cama temprano, como de costumbre, o esperarlos un poco más.
Se presentaron a las diez de la noche con los
ojos rojos e hinchados:
─ Perdón hemos estado
con los amigos y nos hemos pasado bebiendo─ Se les trababa la lengua al hablar─
A Alicia no le gustaba
que llevaran esa vida. Pero pensando en la abuela, que pasaba de los ochenta, y
en los pequeños. No permitió que cogieran el coche para irse a dormir a su
chalet.
Su bonito salón
decorado con el pesebre, el árbol de navidad con alegres luces de colores que
se encendían y se apagaban. Se vio a la mañana siguiente destartalado, por el gran sofá cama que lo
inundaba todo. Los ronquidos de Eusebio y Elena y la peste a resaca de Whisky.
Entonces fue cuando Alicia se arrepintió de haberlos invitado a dormir y
quiso echarlos.
Sin pensarlo dos veces,
abrió la puerta del salón que daba a la terraza y el perro negro- mastín entró
ladrando al salón. Eusebio y Elena ni se
inmutaron y siguieron roncando.
La abuela y los niños
también dormían en otra habitación.
Alicia se fue a dar un
paseo con el perro y al volver, con el aire puro de la mañana. Se le activó la
memoria y se acordó de que su interfono pitaba muy fuerte.
Llamó varias veces hasta que los niños y la
abuela se despertaron a abrirle. Luego fueron directos al salón:
─ ¡¡¡¡Mamá, papá, vámonos!!!!
─ Queremos jugar con la bici de reyes y los amigos!!!
(Gritando fuerte y
saltando en el sofá cama)
─Un café Elena que, ya
cojo el coche─ Dijo Eusebio─
MaribelFC
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