Y el tiempo se detuvo en aquella plazuela de la catedral,
Aquella mañana fresca y limpia en la que solo se oían los
pausados pasos de los más madrugadores que llegaban a la misa de nueve.
Atrás quedó la espesa noche en la Gran Avenida, llena de
turistas tomando cerveza y celebrando la victoria de su equipo de fútbol.
Griterío que rompía a la
luna.
Despertó silencioso el día, en aquella plazuela de Santa
María del Mar.
(MaribelFC)