Hace ya muchos años mi madre iba mucho a casa de nuestra
vecina de enfrente, unas veces a tender ropa en su corral, porque en el nuestro
no daba el sol y la ropa tardaba mucho en secase.
También se iba después de comer a escuchar la novela en la
radio, era más ameno que no sola. Lloraban, reían según lo que le pasara a
Lucecita la protagonista.
Yo la acompañaba y
cuando me ponía a tender ropa ella amablemente me decía como se tendían las
camisas y yo se lo agradecía. Una cosa más que había aprendido ya que yo estaba
siempre estudiando o si no leyendo.
Maribel