Mi madre y sus hermanas de solteras se iban con el mozo de mi
abuelo a un pueblo cercano al mío, Villagonzalo, donde vivía mi tía Rufi que
era muy culta y escribía poesías se ponían el traje de sevillanas y se montaban
a caballo.
Con esa alegría he vivido mi vida en mi pueblo y de jóvenes nos íbamos
con los amigos a ver a tía Rufi con Martin, mi amiga Sonia y Luis echábamos
allí el día.
El mozo llevaba a mi madre y a mis tías en el carro tirado por mulas.
Yo no conocí a mi abuelo materno parece ser que le dio un infarto mientras
jugaba a las cartas en el casino del pueblo mi abuela materna estaba siempre en
casa y de luto y se ponía en la sala que daba a la calle y tenía una amiga que
iba cada día a visitarla.
El marido de mi tía Rufi era un hombre de campo al que le gustaba mucho
leer y con un carácter dulce le gustaba vernos por allí.
Un día conocí al hijo mayor que trabajaba y estudiaba en Barcelona y yo
pensaba que lejos… nos contaba que ya no le gustaba el pueblo por los chismes.
Y mira por donde al cabo de muchos años vivo en Barcelona a la que yo
veía tan lejana.