Mi madre cambiaba garbanzos secos por garbanzos tostados que estaban
buenísimos.
También vendía plantas y fruta y lo que le daban lo guardaba para
comprarnos el traje de comunión y la medalla de oro.
Las cuatro niñas hicimos la comunión con el mismo traje de princesa.
Y los dos niños de príncipes.
Yo la mayor, la hice en invierno y en la calle de mi abuela empedrada tengo una fotografía donde de fondo se ven los
carros y las mulas para trabajar en el campo.
Maribel FC
Qué bonitos los trueques, yo te doy de lo que tengo, tú me das de lo que tienes. Ojalá la humanidad pudiera vivir en ese mundo. Me encanta la imagen de la linda niña largirucha vestida de princesa y los carros con sus bueyes detrás, observando. Un abrazo, querida amiga
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu cometario querida amiga, me alegro de que te haya llevado a un mundo mas humano. Un abrazo inmenso
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