Alicia se reunía cada quince días para hacer yoga en el parque de la
Ciudadela un parque lleno de jardines con césped, eran un grupo reducido todos
con el tatami que a modo de colchoneta tendían en la hierba y un cojín para las
cervicales.
El parque estaba tranquilo entre semana y los fines de semana no cabía
un alfiler.
Volvía a su casa en bicicleta con Ricardo que estaba haciendo un curso
para tener el diploma de fisioterapeuta y el le contaba que había sido un mal
estudiante y que ahora de mayor en cuanto se sacara el título su abuelo le
dejaría en herencia un local donde podría ejercer.
Pasaron los meses y Ricardo dejó las clases de yoga sin despedirse de
nadie.
Y un domingo que Alicia fue al parque se encontró con un grupo que estaban bailando pasodobles y reconoció a Ricardo que estaba bailando cuando terminaron el baile Alicia se acercó a saludarlo y este le contó que había tenido una trifulca familiar y que se iba a Francia con un amigo para empezar una nueva vida.
Maribel Fernández Cabañas