Doña María.
Dª María, había vivido, toda su vida, de maestra en pueblos cercanos a la ciudad, enviudado joven y sus hijos y nietos instalados en América.Ella vivía en un barrio nuevo de Barcelona con su fiel criada pero se sentía una inútil a sus años.
Con su bastón andaba por el parque, al que daban todas las ventanas de su casa y en los días de verano se encontraba con niños y niñas pequeños que jugaban acompañados de sus padres. También se encontraba con otro grupo que siempre estaba sin jugar sentados en un banco, eran ya mayorcitos, y se acordaba de cuando ella ejercía de maestra y pensó que podía aún enseñarles algo.
-¡Hola chicos!. ¿Os gustaría escuchar una historia muy bonita?, les preguntó.
-¡Vale!, dijeron a coro.
-Y cuando os la cuente, no dudéis en hacerme preguntas y en darme vuestra opinión.
Doña María disfrutó al ver las caras atentas y sonrientes de los niños.
-Le preguntaron que si podía contarles otro.
-Vamos a hacer otra cosa, este cuento que os he contado lo escenificaréis vosotros y yo os repartiré los papeles
-Bien, dijo una niña que se llamaba Esther
-Me gusta la idea, afirmó Roberto.
Aquel verano se reunieron en el parque para pintar los decorados en papel de embalar, hacerse sus propias ropas y para recitar en voz alta el papel de cada personaje.
Dª María les bajaba unos exquisitos pasteles caseros.
Pero, un día no bajó y los niños la llamaron a voces y salió a la terraza su criada diciéndoles que estaba de reposo, con un esguince de tobillo. y los invitó a subir.
Doña Maria les dijo a los niños:
Podéis representar la obra aquí en mi salón me haréis muy dichosa
-¿ Podran entrar nuestros padres?
-Claro que sí a ellos también les gustará.
Ella, activa y en buena compañía. Se sentía plena.
MaribelFC