Lucía llevaba unos días que no tenía ganas de pasar frio y
su hijo y su marido se iban a una caravana en el Pirineo Catalán así es que decidió
quedarse cuidando de la muy sensible y casera perrita Nina.
El fin de semana ellos marcharon a la nieve y Lucía en ese momento, agradeció el silencio y espacio libre que quedaba en la casa deseaba la tranquilidad después de haber pasado un par de días buscando la ropa de esquí: en el canapé de debajo de la cama de matrimonio, en los altillos de Luisito, en el ropero de su marido. Allí fueron apareciendo pantalones de la talla 8, de la 12 pero no aparecían los de la talla 16 ni los de la talla L de su marido.
El fin de semana ellos marcharon a la nieve y Lucía en ese momento, agradeció el silencio y espacio libre que quedaba en la casa deseaba la tranquilidad después de haber pasado un par de días buscando la ropa de esquí: en el canapé de debajo de la cama de matrimonio, en los altillos de Luisito, en el ropero de su marido. Allí fueron apareciendo pantalones de la talla 8, de la 12 pero no aparecían los de la talla 16 ni los de la talla L de su marido.
Buscó y retequebuscó hasta que los encontró dentro de una
maleta que hacía un año que no se usaba, justo desde el invierno pasado por
estas gélidas fechas. Los anoraks fueron más fácil de encontrar estaban
colgados en los respectivos armarios,pero los calcetines aparecieron en un
altillo y sin tallaje y Luisito cuando llegó del instituto se los probó y dijo:
me van pequeños y los volvió a dejar en su sitio. Al final aparecieron junto a
los descansos en un armario de la terraza y dentro de una bolsa transparente de
esas de los congelados.
Una vez las maletas hechas, ellos dos salieron por la puerta
y Lucía se tumbó en el sofá y Nina en su mantita en el suelo. Se quedaron
dormidas a las cuatro de la tarde y cuando despertó Lucía eran las 5 y el piso se había quedado helado. Se fue a la
caldera y el botón rojo de la alarma había saltado, con lo cual estaban sin
calefacción y sin agua caliente. Llamó al servicio técnico y salió un
contestador que decía que atendían de lunes a viernes y que podía pedir cita
previa pulsando la tecla 1 del teléfono. Lucía pidió cita y le dieron para el
martes.
Total que se fue a duchar a casa de su vecina de confianza
Ana, y luego a dar el paseo nocturno con Nina y para no pasar frío se acostaron
las dos juntitas.
Maribel Fernández Cabañas.
¡ Vamos, que Nina y Lucía encantadas de la vida !. Je,je, je...
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