Un momento.
Poder inmortalizar el
salir de madrugada un lunes. Respirar el aire fresco de invierno y ver la luna
llena junto a las estrellas, mientras los jardineros riegan el césped.
Un vecino y yo con la
mirada nos entendemos y el ata a su perro que lo llevaba suelto cuando me ve a mí
con Nina la cual anoche sólo hizo un pipí porque alguien a quien le tocaba, no
quiso pasearla bajo la lluvia .
Esta madrugada era feliz olisqueándolo todo y viendo de
cerca a otros como ella, que también iban a lo mismo. No sólo me acompañaba mi
mascota, sino la música de Albéniz a través de los auriculares de Radio Clásica.
Mover mis brazos haciendo un poco de gimnasia, estirar y
encoger articulaciones e irme desentumeciendo de la cama.
Ver a mi perrita feliz siguiéndome y obedeciéndome cuando le
digo al cruzar un semáforo: ¡Corre Nina corre! Me sigue como un perro fiel y
agradecido.
Maribel Fernández Cabañas
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