Las mañanas.
Las mañanas son de Lucía que se levanta y se toma su tiempo muerto, medio
dormida para irse despertándose poco a
poco mientras se toma un café y una tostada, luego se pone guapa porque su
perrita Nina la está esperando para el paseo matutino que ahora en vacaciones
es un placer porque Lucía no tiene que despertar a nadie ni a Luís ni a Luisito
ya se levantarán ellos cuando tengan algo que hacer ,piensa Lucía.
Lucía aprovecha esta calma
vacacional para escuchar a Adele a través de sus auriculares mientras pasea a
Nina que corretea por la hierba y husmea a ver si encuentra una chuchería para
llevársela a la boca y dejar para después su pienso.
El aire de la mañana es muy reconfortante y a paso ligero va Lucia
siguiendo el ritmo de la música y diciéndole a su mascota ¡Vamos Nina!, para
que la siga sin pararse. Y Lucia con su olor a gel de Legren y sus labios
pintados, su ropa cómoda y limpia se
pasea por los amplios jardines de su calle, a la orilla del mar y se encuentra
con vecinos también madrugadores y con sonrisas Colgate que se paran a
acariciar a Nina y a hablar del tiempo, hoy lluvioso por cierto.
Luego Lucia, que ya dejó hecha la comida ayer por la tarde y también una
lavadora tendida, se sienta en su escritorio mientras Nina se va comiendo el
pienso y se queda ya tranquila tumbada en su mantita y disfruta del silencio
interrumpido sólo por el teclear de sus dedos o por su lectura en voz alta de
algún capítulo de “ El jardín olvidado” de Kate Morton.
Maribel Fernández Cabañas.
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