Mil novecientos
Aquí estoy como si fuera mil novecientos, cuando el
arquitecto Domènech construyó la Ciudad hospitalaria de Sant Pau: Piedra,
ladrillo, cristal, mosaicos, estatuas de ángeles cúpulas de cerámica…
El doblar de una
campana, el susurro del viento, el olor a abeto, a tomillo y a lavanda.
En
estos jardines donde, en esa época, los enfermos se recuperaban dando sus paseos
al aire libre, entre la vegetación y el
sol, en este reducto tranquilo del centro de Barcelona.
Maribel Fernández Cabañas
No es mal sitio para reponerse.
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