Angelina y Eduardo llevaban tiempo sin
verse. A él le había salido un trabajo de voluntario en una ONG, dónde lo daba
todo hasta sus horas de sueño.
Angelina seguía en casa cuidando de los hijos para que
no les faltara un vínculo familiar . La pequeña Nancy empezó con fiebre alta y
mucha tos.
Angelina por un momento se desanimó, llevaba ya más de un mes sola.
Pero
sacó fuerzas de flaqueza, dejó al
hijo mayor durmiendo y se fue con la pequeña en un taxi a urgencias. Allí después
de horas de espera la examinaron bien: una
neumonía.
Angelina, dejó su trabajo en la
librería y a modo de leona cuido de sus crías.
Fueron pasando los días y Nancy con
el antibiótico fue mejorando. El mayor tenía celos, ahora su hermana era el
centro de atención, sin ir a la guardería y siempre con mamá.
No te preocupes hijo que iremos los
tres a pasar unos días a la casita de tu tío en el lago.
Se fueron unas semanas y allí reinó la alegría para Abel, con
sus primos y los animales del campo.
Y una soleada tarde de invierno se presentó en
el lago un señor desaliñado al que casi no conocían.
MaribelFC