Al anochecer, antes de sentarnos toda la familia a cenar, nos vamos al paseo maritimo.
No hay gente bien vestida como en los restaurantes del barrio; sino bañistas en chanclas.La luna otea en lo alto y se respira el olor a salado del agua del mar.
No hay gente bien vestida como en los restaurantes del barrio; sino bañistas en chanclas.La luna otea en lo alto y se respira el olor a salado del agua del mar.
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