La rosa.
Había una vez un
mercader muy rico que llevaba grandes barcos llenos de mercancías y dejaba a
sus tres hijas solas, Juliana era la menor muy guapa y alegre sin embargo a sus dos hermanas sólo les
gustaba llevar joyas y ropas caras para
seducir a sus pretendientes a ver si encontraban un hombre rico para casarse.
Las tres estaban deseosas de que llegara el
padre Juliana le había pedido una rosa y las hermanas telas de seda y collares
de oro.
Que sorpresa se
llevaron al ver llegar el barco con el timonel
y sin su padre,
El timonel les dijo que su padre ya no era
rico porque lo habían atracado en alta mar y se habían llevado toda la mercancía
pero que se había refugiado muerto de hambre en el palacio más cercano al
pueblo porque le daba vergüenza que lo vieran en la pobreza total.
Las dos mayores
dijeron que no iban a salir de casa pero Juliana, plano en mano, salió en busca
de su padre porque estaba segura de que le traería la rosa.
Cuando llegó se encontró con un monstruo muy feo el cual le dijo tu padre se quedará a aquí
conmigo y yo te llevaré la rosa que he cortado de mi jardín a lo que Juliana respondió
quédese usted con la rosa que yo me llevo a
mi padre, ya no puede ser dijo el monstruo hagamos un trato, tú te
quedas aquí y tu padre en libertad, Juliana aceptó con la condición de ir a ver a su
padre.
Y así fueron
pasando los días mientras las hermanas estaban tristes porque ya no podían
casarse y el padre también porque vivían en la miseria y cada día Juliana les llevaba comida y manjares del palacio cada
cierto tiempo.
Y el monstruo
con la dulzura de Juliana se fue volviendo cada vez más dulce tanto y tanto que
se convirtió en un príncipe y fue a casa del padre con Juliana a pedirla en
matrimonio.
Pasó un tiempo
el padre y las hermanas ahora bien cuidados gracias a ellos estaban más
cariñosos también e iban al Palacio a vivir y aunque no se casaron fueron
felices para siempre.
-MFC