Ayer pude ver y tocar a una recién nacida, daba patadas con
sus diminutos pies y la tocabas y no lloraba.
Tenía unos ojos vivarachos y era la alegría de la finca.
Sus padres decían mírala, Alicia. La familia estaba tan feliz
de compartir su dicha con los vecinos que se me agrandó el corazón.
Maribel FC
¡Qué hermosa una nueva vida! Todo por estrenar. Ojalá que tenga una larga y dichosa vida. Un abrazo fuerte, querida
ResponderEliminarMe ha hecho mucha ilusión tu comentario querida amiga. Un abrazo inmenso
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