Siempre que voy a Mataró me sorprende alguna fiesta popular, esta vez
desayunamos en un bar alejado el centro y luego encargamos comida para llevar
la dejamos pagada para recogerla a las dos.
Nos fuimos caminando hasta la
plaza santa Ana donde un tumulto de gente miraba algo, nos acercamos ¡qué
belleza! una montaña humana.
En la base los mas fuertes
sujetaban con sus brazos y hombros a los que iban subiendo y así hasta que los
de más arriba ,que eran los infantiles, seguían trepando. El más pequeño “el
angelet” levantó la mano, habían hecho el castillo.
Todos
aplaudimos y yo me emocioné de tanta belleza y es que, aunque en casa se está
muy bien hay que andar y ver.
Maribel FC
Pasear, ver, observar y luego reflexionar sobre lo que hemos visto. Buena manera de encarar la vida. Abrazo fuerte, amiga
ResponderEliminarMe alegra mucho tu comentario, gracias querida amiga. Un abrazo de cariño
EliminarFelicidadesque bonito reiaro
ResponderEliminarMuchísimas gracias, un fuerte abrazo
Eliminar¡Relatos, llenos de contenido y vida! Un beso agradecido.
ResponderEliminarTus comentarios me animan a seguir escribiendo querida Tuciliana. Un abrazo inmenso
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