Numismática.
Me acuerdo de hace ya muchos años, cuando yo coleccionaba
sellos.En invierno, desde el internado, me escribía con las amigas de mi pueblo
y en verano , desde el pueblo con las del internado que estaban en sus
respectivos pueblos también y guardaba algunos sellos.
Sí porque en mis
veranos no salía de vacaciones, mi padre agricultor y mi madre ama de casa,
alegre y trabajadora que mantenía la casa limpia, era una excelente cocinera-
repostera y hacia también conservas de tomate, melocotón, dulce de membrillo…
según la temporada de cada fruta.Y ¡como no!, mantenía la armonía familiar, de
los seis hijos y del marido con su buen talante.
A mi, entre ayudar a
mi madre en la casa y a mi padre en la recogida del tomate y salir al “ paseo
del Pico” con las amigas y amigos, me gustaba sacar un rato de tranquilidad
para escribir cartas y para coleccionar los sellos y guardarlos en una caja y
después cambiarlos con otra amiga, que éramos de las pocas interesadas en la
numismática.
Hoy dando un paseo por mi ciudad actual, he podido comprobar
que en la “ Plaza Real”, aún se reúnen los del rastrillo del coleccionismo,
pero no es lo mismo, había muy poca juventud mirando y comprando. Creo que con
las nuevas modas esta se está perdiendo igual que la de escribir cartas
manuscritas.
Maribel Fernández Cabañas.