Una pareja.
Julio tenía cualidades que Esther adoraba: era honrado, sincero
guapo y amante de la familia.
Esther agradecía que
después del trabajo se viniera a casa para comer todos juntos. También
agradecía sus hobbies, que eran jugar al ajedrez en casa con un amigo y también
salir con él a andar varios kilómetros y que a pesar de llegar a casa cansado,
llegara puntual para hacerle la cena a los niños y que a ella le diera tiempo de irse a yoga con
sus amigas.
Esther se notaba que llevaba ya un par de semanas, que tenía la lívido
baja y por más caricias que le hacía Julio, ella lo dejaba para otro día.
_ ¡ Cariño, he reservado un restaurante para el sábado por
la noche!, ponte tu mejor traje( le decía él) y después de cenar, he reservado
una habitación en un hotel para los dos solitos, lo he arreglado todo para que
mis padres se queden con los niños.
Entonces Esther se fue a dar un paseo con su mejor amiga, a
la que le confesó que quería complacer a Julio, ya que lo amaba , adoraba sus
cualidades como persona y su atractivo físico. Esta le dijo:
_¡ Vamos a mi casa! y allí le enseñó:
_ llévate, esta música, esta ropa y este gel vaginal, que te pondrán a tono.
_ llévate, esta música, esta ropa y este gel vaginal, que te pondrán a tono.
Esther quería disfrutar con su marido esa noche especial y
siguió los consejos de su amiga .
En el coche, camino del hotel, fue escuchando la música.
Esther le ponía la mano a Julio en las piernas, mientras este conducía y el
sonreía y tarareaba la música. Le iba
dando besos en el cuello y el seguía conduciendo y casi bailando en el asiento.
Llegaron al hotel y dejaron las pocas cosas que llevaban,
pero Esther le pidió que anulara la cena
en el restaurante y que cenaran en la habitación una cena informal.
Les trajeron unos canapés y platos variados para picar.
Esther se fue al baño y se puso la ropa íntima, que le había
prestado su amiga y el gel. Enseguida
Julio la acarició y recorrió sus manos
por todo su cuerpo y ella se soltó su cabello largo y no esperó a nada
más… Se amaron locamente.
Tanto que Julio le preguntó, al salir al día siguiente del
hotel: _ ¿ Dime que no he soñado todo esto cariño, y que lo repetiremos mas
veces?. Esther le contestó:¡ todas las que quieras mi amor!
Maribel Fernández Cabañas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario