Sin vecinos.
Son las diez de la mañana, hace fresco, que se agradece en
este mes de verano.
La calle de esta gran
ciudad está silenciosa, no hay ruidos de coches.
Desde mi terraza veo
el parque y las viviendas que lo rodean formando una manzana. Veo la terraza de
los López, se que están de vacaciones en el pueblo.
También están bajadas las persianas de los Torralba que van
y vienen a un apartamento que tienen en el pirineo. Lo mismo me pasa con la de
los Martínez, que se que este mes de agosto se han ido a casa de unos
familiares de Galicia.
Pero del resto de los
vecinos no se nada, ni me importa ya que sólo los conozco de vista.
Lo que si se es que
me dejan todo el parque a mi para pasear a mi perra, pues sus perros tampoco
están. Y se que se han llevado a sus alborotados niños, que antes jugaban a
gritos y que ahora se ha instalado el silencio sin ellos.
Puedo concentrarme
leyendo y escribiendo en mi terraza, como si yo estuviera también de vacaciones
en una zona residencial de Cuenca, se me antoja, ya que con la imaginación se
puede una sentir como en cualquier parte. Aunque sólo sea por unos días.
Maribel Fernández Cabañas.
En vez de terraza, creo que debes empezar a llamarla:MI MUSA, por el juego que te da, jajaja...
ResponderEliminarEres genial!!!.
Me has hecho recordar el parque, silencioso en verano. Extraño la playa, tan cerca de casa y darte un chapuzón en cualquier momento. Un abrazo Maribel, a ver si sabes quien soy.
ResponderEliminar