Esta mañana ha sido una alegría ver el cielo nublado y comprobar que no sudo y pensar:” Me iré al Museo”.
Era al alba me hubiera ido ya, si no
fuera porque a esas horas estaba cerrado. He esperado un poco y me he intentado
poner de acorde con los horarios que marca la ciudad.
A las seis me estaba duchando, a las
siete paseando a mi perro, a las ocho desayunando en un bar, a las nueve en el
metro y a las diez viendo la exposición”
Gala- Dalí”.
He podido conocer mejor a esta emblemática
musa del pintor Salvador Dalí. Era rusa, culta, escritora. Había sido la inspiradora de un poeta y después se
casó con un pintor alemán y por último la mujer del joven Dalí.
A Gala le gustaba tener un lugar
donde retirarse para ponerse a escribir y leer.
Mandó construir un castillo
pequeño no muy lejos de su querido pintor, el cual no podía entrar al castillo
sin invitación de ella.
Mantenía correspondencia con su padre, que
estaba en su Rusia natal. Era una gran lectora de Dostoiesvki y Tolstói.
Recordé que hace veinte años en Madrid
ví una exposición de Dalí y ahora al
conocer la historia de Gala observo que Dalí no podría haber llegado tan lejos
sin ella.
Pero por el símil que encuentro con ella en lo
de la lectura y la escritura. Pienso, algo celosa:”
Gala escribiendo en su castillo. Así a
sus anchas escribía Gala. Mi amiga Leticia escribe en una habitación- biblioteca
y yo cuando no está mi familia me instalo en el salón y sino, escribo en un
pequeño escritorio al lado de la cama”
Enseguida me he acordado de los primeros temas que
estudie de escritura creativa:” La cueva del escritor “que decía que hasta en
la bañera escribía un famoso porque tenía la casa llena de críos ruidosos y no había
espacio tranquilo donde concentrarse. Ósea que la que tiene madera de
escritora:¡ Ánimo!, que puede encontrar huecos en su casa sin tener que ser una
adinerada.
Maribel FC
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