Hacía tiempo que Alícia no pisaba un teatro hoy por fin se ha
terciado, la acompañaba su hijo llevaban entradas de platea para poder ver de
cerca el escenario.
Los bailaores de flamenco cantaban palos muy conocidos y todo el público, desde
niños pequeños con sus familias, hasta jóvenes y adultos el teatro estaba a
rebosar.
Alícia ha salido emocionada pero como estaba pasando la maratón
las calles estaban cortadas y no encontraban taxi para volver han tenido que volver andando con lo que han
llegado a casa con la lengua fuera.
Que contraste más grande entre el teatro en el que muchas
personas en comunión sentían la belleza de la música y luego tener que salir de
allí al pumpum de los tambores malsonantes animando a los corredores y kilos de
botellas de plástico tirados por la calle y camiones de la limpieza recogiéndolas.
Alícia se queda con el buen sabor de boca que le han dejado
la bonita voz de los cantaores y en
espera de otra ocasión tan dulce
como esta.
-MFC
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