Corrían los años ochenta Alicia “la maestrilla” se fue a Madrid, por un
anuncio que vio en el periódico de la bolsa universitaria del trabajo para
cuidar niños.
La madre de los niños estaba divorciada y trabajaba en una oficina y
tenía un perrito blanco. Los niños tenían cinco y siete años se llamaban David,
el pequeño y Omar el mayor.
Alicia amante de los niños y de la educación se volcó de lleno con Omar
porque tartamudeaba y además tenía dificultades para aprender.
Iba a llevarlos al colegio y los
recogía por la tarde, la madre no llegaba hasta la hora de cenar.
En principio Alicia había sido
contratada sólo para cuidarlos, pero cada vez ella le exigía más, que si
plancha mi ropa o ves al mercado …
Alicia, que tenía veinte años, obedecía
porque ella quería cumplir su meta, prepararse las oposiciones.
Mientras los niños estaban en el
colegio ella asistía a clases en la Calle Bravo Murillo, hasta que se fue
quedando delgada de tanto esforzarse y se cogió anemia y tuvo que volver a su
pueblo natal para que su familia la cuidara.
Trascurrido unos meses volvió a Madrid a visitar a los niños, el pequeño
David era el que la había echado de menos, su hermano casi nada.
Alicia
se extrañó mucho, la madre quería que siguiera con ella de niñera, pero Alicia
pudo decirle que ella no era una criada y que no aceptaba.
-MFC
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