El taller de cerámica me da vida, salgo de casa
andando y hablo con los compañeros, todos muy sonrientes se les ve muy felices.
Sara es la mejor alumna y casi no habla lleva un piercing en la nariz y cada
uno tiene un espacio para guardar las piezas y nadie me las rompe como cuando
yo tenía dieciséis años y hacia extraescolares de cerámica y me rompieron una
figura de mujer que hice.
Éramos tres alumnos y ahora solo
estamos Sara y yo y el profe sustituto que está como un tren y es joven. Sabe
mucho y nos reímos de anécdotas que nos pasan.
Hoy me ha enseñado a hacer una maceta pequeña
con un molde y luego yo la he decorado con un punzón.
Y me quedo esperando con ganas de que
llegue el próximo día.
Maribel
Qué bien. Qué bonito es dar forma a la materia y poners un poquito de nuestra alma. Disfruta mucho, querida Maribel. Un abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario pronto los verás, quiero hacer uno para cada amiga entre ellas tú, querida María Jesús. Besos mil
Eliminar