No nos tenemos que ir muy lejos para ver como estamos de
economía, voy al super del centro comercial y me encuentro en los preciosos
bancos blancos tapizados en piel, a los que han ido a dar un paseo y en vez de
tomarse una tapa en cualquiera de los muchos bares , están leyendo un periódico
gratuito y comiéndose un bocadillo casero.
Voy al dentista a la Bonanova y me siento en una terraza a tomar un
café y a mi lado en otra mesa hay una señora joven bien vestida con gafas de
Dolce Gabana acompañada de su hijo con una camiseta de Lacoste y el hijo saca
de la mochila su bocata, envuelto en una bolsa reutilizable, inventada para
estos menesteres, y se lo va a comer y dice:
_mamá otra vez de jamón York
- anda cómetelo y no protestes, le contesta su madre.
Hoy domingo me voy andando al barrio de al lado con mi
mochila al hombro y voy haciendo fotos y veo en una terraza a una señora que
saca una cuchara y un cuchillo de su bolso y se pone a comerse un kiwi y el
camarero se le acerca y al rato le trae un café.
¿Qué más quieren los de arriba?, si con tanta austeridad
hasta “el tapeo” se está acabando, que es nuestra sal de la vida.
Maribel Fernández Cabañas
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