Un Kit Kat.
Los niños ya se han ido a la escuela y el padre a trabajar y
yo enfrascada con las tareas domésticas desde primera hora de la mañana y las
lentejas puestas a fuego lento.
Pero por ser viernes
he decidido hacer un “ kit kat” y me he llevado mis enseres de escritura a un
lugar soleado.
Primero había pensado en un banco de la calle, pero me he
animado un poco más y me he dirigido a la playa.¡ Cómo he ganado en ambiente!:
Un chiringuito con palmeras y mesas entre sol y sombra y un
par de jóvenes, seguro que en paro, por la conversación que tenían:− Me tengo
que preparar unas pruebas físicas de natación… pero también ayudo a mi padre en
su trabajo y me da una paga, le contaba uno a otro.
También rodeada de paseantes entrados en años, que van a
bajar unos kilitos para ponerse luego el bañador y de algunos más valientes que
ya están con la toalla, la sombrilla y el bikini.
Y por un rato me he olvidado de la casa, y también de las lentejas.
Maribel Fernández Cabañas.
Bueno, como las dejaste a fuego lento...ja,ja,ja...
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