El piso de Lucía.
Lucía, entra en su piso después de una larga jornada de
trabajo en la que se han cumplido casi todos sus objetivos va vestida con unas
botas altas, pantalón estrecho y jerséis largo, lleva un fular de seda que le
acaricia el cuello, su pelo a melena liso y brillante le cae sobre los hombros.
Casi se le ha ido el maquillaje.
Además, al abrir la puerta del piso nota un agradable olor a
jabón de aloe vera y entreoye la música clásica que viene de la puerta del salón,
ve el mueble del recibidor en el que destaca el florero con las margaritas
blancas que ella colocó ayer, se respira paz.
─Hola!
─Hola mamá responde Luisito, desde su
habitación
─Hola responde otra voz infantil
─Hola cariño, este es Luis desde el
salón
Pero la única que sale a recibirla, es la fiel Nina que le da la
patita para ver si hay chuches y Lucía saca del cajón del mueble una bolsa de
huesos y le lanza uno al aire, ella lo
coge al vuelo.
Lucía, apaga la luz de la cocina, que encuentra encendida,
pasa al salón y le da un beso a Luís el cual está en el sillón de masaje
escuchando Noches en los jardines de España de Falla.
Luego sigue por el pasillo y apaga la luz del estudio
también encendida hasta que llega a la habitación del niño que está jugando
tendido en la moqueta con su amigo Jorge a los clic de famobil.Los niños
saludan pero siguen con su juego y Lucía entra en su habitación deja el bolso
se ducha con Aloe vera y se pone el pijama y cuando sale del baño ya no oye la
música, pero hay un olorcito a tortilla de patatas que la hace más feliz:
¡Gracias Luís por cocinar hoy! Y abraza a su marido que ya
está con la sartén por el mango y el delantal puesto.
Maribel Fernández Cabañas.
¡Hombre!.La verdad es que lo de la tortilla llega al alma.Y aunque hubiera sido una simple salchicha también!!!.
ResponderEliminarPorfa, que no se pierdan esos detalles!!!
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