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El mercado 1.

El mercado.

El sábado en el mercado, por la mañana, las mamás y papás de mi edad o más jóvenes se agolpaban en el puesto de Sandra la pescadera. Sin embargo el de Juan el carnicero, estaba vacío.

Y yo que iba buscando lenguados y carne de cerdo me olvidé de la pescadería por no hacer cola y el carnicero, después de desearme  buenos días, me dio una charla de presentación de su tienda. 
No tenía “carrillada” que era la carne que yo iba buscando para la receta andaluza que pensaba hacer imitando una riquísima carne en salsa que comí el año pasado por estas fechas en casa de mi amiga de Tocina que tiene un blog sobre juegos y canciones de antes el cual os recomiendo:

Juan, mientras me enseñaba la butifarra de setas, el solomillo de cerdo, las chuletas, los canelones, listos para el horno, etc. me iba contando que llevaba veinte años comprando sus productos a una casa de Vic y que son de la mejor calidad.

Opté por llevarme butifarra y canelones.  Así no tendría que correr para cocinar, que la carne en salsa es muy laboriosa y en el mercado estaba muy bien escuchando a Juan. Que sin prisa me contaba que este año va a ser un buen año de setas y me dió alguna receta que otra para hacer solomillo al horno con setas y patatas a cuadritos.

Y yo que no salgo del súper que tengo al lado de casa… el  poder ser atendida por una persona y no eso de coger fríamente las cosas y echarlas al carro de la compra…  me resultó muy humano el mercado y seguí recorriéndolo  de pasada .

Luego me paré en un puestecito donde  una señora no muy mayor pero envejecida, porque es hortelana, según deduje por la calidad de sus verduras… como las del huerto que tenía mi padre ,agricultor, y por las arrugas de su frente  de  horas a la intemperie. Era la señora Dolores la de la fruta, de  mirada triste, sonrisa dulce y bonachona y me iba pesando los pimientos, tomates, con sus ennegrecidas uñas de arrancar las verduras de la tierra de labor.
 Poco conversadora pero expresiva. Guardé todo en mi cesta de rafia y  me despedí de ella: ¡Hasta el sábado que viene! dije yo. Si Dios quiere, contestó ella.

Maribel Fernández Cabañas.





1 comentario:

  1. Opción sabia la tuya!!!: trato humano, cercanía, y sobre todo, valorar la charla en un mercado lleno de cosas ricas..Tienes claro que " no solo de pan vive el hombre".
    Gracias por recomendarme.A ver si despego.

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