Ilusiones rotas.
Lucía era medio feliz, porque
feliz del todo no se puede ser, siempre hay algo. Ella había recogido algunos
relatos cortos del blog, los había trabajado intensamente y los había
presentado a concursos literarios y estaba esperando contestación .Mientras
tanto seguía en esa línea del esfuerzo como escritora amateur.
Hasta había decidido dejar su
vida sedentaria y hacer un poco de ciclismo, por las llanas calles de su barrio
playero. También estaba contenta por el buen tiempo primaveral que la había
hecho trasladar sus útiles de escritura a la mesa de su terraza y así ver
crecer las florecillas perfumadas del jazmín.
Pero una llamada le truncó todo:-
He tenido un accidente de moto y estoy en urgencias en el hospital, expresó con
voz mecánica Julio.
Deprisa se fue en un taxi y al
cabo de horas de espera lo pudo ver: el brazo y la pierna derecha
inmovilizados.
Lucía dio gracias a que no
hubiera sido mucho peor pues mientras hay vida hay esperanza.
Los amigos cercanos ayudaron
turnándose en el hospital con Lucia y así ella pudo descansar.
Julio se ha ido reponiendo de
ánimos y de físico y ahora está haciendo rehabilitación.
Y Lucía ya pasea con su Nina y ve
crecer las espigas de trigo que hay plantadas en un jardín cerca de su casa.
También las campanitas silvestres de color lila que crecen junto a ellas. Y
está animada preparando ricas ensaladas de pasta, bacalao fresco a la vizcaína
y otros platos que tanto le gustan a su Julio.
Dios aprieta pero no ahoga, piensa Lucía o Después de una racha mala viene una buena.Y
que si reflexionamos podemos salir de ellas hechas más personas y recomponer de
nuevo nuestras ilusiones e incluso agrandarlas.
Maribel Fernández Cabañas
Esta Lucía tiene más salidas que un torero!!!.Pues, es verdad que de todo lo que nos pasa, se puede aprender.
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