Me gusta
levantarme temprano y pasear por el ancho paseo lleno de jardines donde mi
perro grande olfatea la hierba y viene a mi lado cuando lo llamo.Los sábados y
los domingos son los mejores días. No hay ruido de coches ni atascos, con sus correspondientes
pitidos de claxon, sólo gente como yo que va placenteramente moviendo las
piernas en bici o andando. El aire de la
ciudad a estas horas es limpio y fresco, aún no calienta el sol y en los
árboles de oye el canto de los pajarillos.
Maribel Fernández
Cabañas
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