Elsa, estaba sola en casa con gripe, llevaba
una semana sin salir se le había
acabado la comida y estaba tirando de comida en conservas que tenía en la
despensa.
Sus vecinos de vacaciones menos Julia
a la que le gusta cocinar, cocina muy bien, se impregna el patio de un olorcillo de pucheros al fuego muy agradable que abren el apetito.
Elsa que no había entrado nunca en su casa, salió con la bata de estar llamó al timbre de Julia.
Esta le
abrió enseguida con mucha alegría y le contó lo que estaba cocinando para sus nietecitos y le dió a Elsa la
receta.
Al cabo de unos días cuando ya había
agotado sus víveres y estaba mucho mejor compró los ingredientes y pudo
saborear aquellos buenos guisos y una vez a la semana iba a casa le Julia a por
una buena receta, tanto fue así que ahora Elsa, que es escritora, las va guardando
para escribir un recetario.
-MFC
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