En el pueblo de Alicia todos eran
primos y tíos y se entraba en las casas sin avisar ella cuando se cansaba de
estar en su casa se iba a casa de su amiga Rosa y allí pasaba la tarde. Hablaban
de cosas de chicas y su madre era muy cariñosa pero no se metía en la conversación,
tenía también un hermano que siempre estaba en su cuarto escribiendo a máquina
y otros hermanos mayores ya casados.
El padre de Rosa era serio y se iba al
patio o a la cocina no sin antes preguntar ¿Quién es esta mocita? su mujer le
decía es la hija de Margarita y es la que está estudiando en Cáceres.
Y charlando pasaban la siesta ya que
no había móviles ni televisión ni piscina y disfrutaban de su amistad que perdura,
aunque ahora estén lejos.
Maribel
Ay, esas amigas de niñez y adolescencia que crecen con nosotras, siempre... Abrazosss
ResponderEliminarMe alegra tu comentario y me anima a seguir en la brecha. Un abrazo inmenso
ResponderEliminar¡Con no muchas palabras, qué bien lo expresas! Un beso, y a seguir deleitándonos.
ResponderEliminarMe alegra tu comentario querida Tuciliana animada por ti empecé mi blog, muchos besitos
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