Merienda.
Voy paseando con el cochecito de mi hijo recién
nacido, tapado con la capota para que no le de el sol. Llevo a mi otro hijo de
dos años andando a mi lado a paso lento y placentero, lleva un gorrito de
algodón beige. Vamos andando por el puente que cruza el lago y la brisa marina
acaricia mi pelo pues el mar esta aquí cerquita. Voy sin prisas ya que he
terminado mi jornada laboral y mis padres nos esperan en su casa para merendar
y luego volveremos todos al parque del lago donde mi hijo mayor jugará en los
columpios con otros niños y niñas, yo charlaré con mis padres de nuestras
cosas.
Ellos todavía son jóvenes y nos comprendemos bien, a
mi padre se le cae la baba cuando me ve llegar con los niños y mi madre se pone
a preparar un exquisito batido de frutas, leche y galletas y lo hace con la
sonrisa tierna. Mi madre, cuando nos oye llamar a la puerta viene enseguida,
oigo sus pasos rápidos y que va diciendo
contenta ¿ quien ha venido? Ya voy, ya voy…abre la puerta y exclama: ¡que bien
sois mis nietos cuanto os quiero!, alegre y abriendoles los brazos.
Maribel Fernández Cabañas.
He olido la papilla de fruta.Esa misma, se la preparé más de una vez a mis sobrinos¡ Estaba riquísima!uhmmmm!!!
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