La matanza del cerdo.
El día anterior a la matanza el olor a ajo penetraba por toda la casa , estábamos en la chimenea del pasillo y ya casi teníamos una olla inmensa llena , los pelábamos entre mi abuela, con su moño y sus gafas de montura de pasta gris oscura, mis primas mis hermanas y yo. Sí tanto olor a ajo amontonado kilos y kilos de ajos.
El pan para las migas lo picaban entre mi abuelo y mi padre, lo echaban en una fuente de porcelana cascada .El olor a pan en la cocina donde estaba el fogón y la otra chimenea me resultaba un olor agradable, al final lo salpicaban con agua y sal para dejarlo reposar para las migas del desayuno.
Mi madre y mi padre, mientras tanto, iban sacando las artesas de madera pesada que cogían entre los dos y le limpiaban el polvo que pudieran tener, de llevar guardadas un año.
Eran días en los que el agua del panero,del patio, se helaba por la noche, teníamos que ir vestidos con guantes, bufanda y abrigo y no salía el sol.
Madrugabamos para comernos las migas y ver matar al guarro. Llegaban mis tíos preparados con arbulagas secas y las metían en la lumbre del corral y chamuscaban con ellas al cerdo, que no paraba de chillar a la manera tan escandalosa que tienen ellos y que ya conoceréis muchos de vosotros. Para economizar matarife mi padre, que era valiente, le clavaba el cuchillo y una de las mujeres espertas, recogía la sangre para las morcillas, en un baño, dándole vueltas con la mano sin parar, para que esta no se cuajara y luego la aliñaban con ajo y perejil.
Cuando empezaban a trocearlo el primer trocito de carne asada era para nosotros, los niños. Después se picaba la carne para hacer chorizo blanco, chorizo colorao y algún jamón, que tanto nos gustaban.En la mesa larga de la cocina y con tres braseros de picón iban atando los chorizos los mayores, mientras nosotros nos columpiábamos: “el último columpión que llega a la estación, abajito y abajón” cantábamos. Era un columpio que mi padre y mis tios nos habían hecho en el arco de la puerta del corral con cuerda de pita.
-¡Niños ir a por naranjas a la huerta!, dijeron mi madre y mis tías.
-enseguida vamos ,contestamos a coro.
En los alrededores de la huerta nos pusimos a colgarnos de las higueras, a coger cañas del cañaveral…metíamos las cañas en el estanque, lleno de limo verde , como algas,y a ver quien sacaba más limo.Pero mi prima Ana,que estaba haciendo equilibrios por el borde del estanque se resbaló y se cayó dentro.
-¡Socorro sacadme de aquí!, gritaba casi llorando.
-Agárrate a esta caña, le decía yo acercándosela
-¡Ay se rompió!
-Dame la mano,le pedía mi hermana
Mi hermana Marta consiguió sacar a mi prima Ana toda llena de algas, hierbajos , limo y tiritando.
MaribelFC